Desollando para Blanquear: Mecanismo de Supervivencia
Declaración del Artista
Todos somos cómplices, colaboradores. Nos involucramos en la práctica social a través de normas indiscutibles y mecanismos transparentes que nos definen, que nos envuelven. A través de una red de distribución siempre presente, la institución de la "blancura" existe en todo el mundo, a pesar de la cultura, la economía, la geografía, la raza o la etnicidad local. A diferencia de las fronteras nacionales, que son cada vez más frecuentes e impenetrables en la sociedad contemporánea, la institución de la blancura tiene un paso múltiple que no encuentra esas fronteras, restricciones y limitaciones fijas.
A medida que las fronteras geopolíticas se vuelven más polémicas/evidentes, la lucha por la identidad-múltiple del individuo se vuelve más desafiante. Mi identidad, en contradicción con lo que la sociedad prescribe, es fluida, múltiple y siempre cambiante. Me encuentro sentada aquí, como una mutación en un no-lugar, con una no-identidad, sentada en la cima de un cerco que cuestiono. En un lugar como Arizona, la asimilación es ineludible si se quiere sobrevivir a un procedimiento cultural sistemático y visible al que todos nosotros (¿quiénes somos?) estamos sometidos. La historia de la asimilación es irónica, considerando que esta tierra en la frontera y el lugar donde estamos ahora, fue una vez tierra indígena, antes de que fuera México, antes de que fuera Estados Unidos.
Mientras raspo el color café de un grano de arroz, recuerdo los eventos históricos que me llevaron a este lugar. A ciento setenta y cinco millas de esta galería se encuentra un cerco metálico, fabricado para separarnos de ellos, aquí y allá. Un cerco destinado a mantener alejados a los saltamontes, evitar que las mulas crucen droga y proporcionar una afirmación de poder para un marco mental nacionalista. El día de hoy, en este espacio de la galería, el cerco fronterizo sirve como un marco, un recipiente fundamental para la institución y su significado global.
Mientras raspo el café de un grano de arroz, pienso en los cultivadores de arroz cuyos laboriosos y exigentes esfuerzos prepararon cuidadosamente la tierra que da existencia a este mismo arroz. Recuerdo que soy un cuerpo femenino de color, en exhibición, realizando este acto obsceno. Mujeres como yo, de culturas de piel "morena", son contratadas para hacer el trabajo "sucio" de todos los días, manteniendo la limpieza de la institución de la blancura. Por mantener, no sólo me refiero a mantener las cosas limpias y arregladas, sino también a permanecer como participantes silenciosas, asimilando y conformándose, así como lo he hecho.
Mientras raspo el café de un grano de arroz, las voces que llegan a través de los cables tienen un gran poder y causan tanto sufrimiento como un cuchillo para despellejar a un animal sacrificado. La presencia de estas voces mediadas, así como la presencia del cerco fronterizo, crea barreras, separación y desesperación.
Con esta pieza espero hacer visibles los efectos violentos/obscenos que los medios populares proyectan en el cuerpo de color y cómo el poder en los números puede crear un cambio en la comunidad latina. Al hacerlo, me esfuerzo por exigir una conversación más amplia sobre los efectos de la institución de la blancura y nuestra propia participación histórica.
Las partes de valla vinieron del cerco fronteriza de Douglas, Arizona/Agua Prieta, Sonora.